El Concejo Deliberante rechazó la cuenta de inversión del año pasado por irregularidades en el sistema de compras, fondos de los entes, contrataciones y otros puntos que podrían tener consecuencias legales.
En una maratónica sesión, el Concejo Deliberante de la ciudad ratificó este jueves el rechazo de la cuenta de inversión 2023 que había emitido el Tribunal de Cuentas. De esta forma, los organismos contralores dejaron asentado que la gestión del intendente Sergio Tamayo entregó una Municipalidad fundida y en un estado de abandono sin precedentes.
“Esto puede traer consecuencias legales. Las irregularidades encontradas al inicio de la gestión son irrefutables. La Municipalidad estaba fundida y ahora lo ratifica el Honorable Concejo Deliberante. Toda esta situación no nos paralizó y gracias a la decisión del actual intendente, Gastón Hissa, que llevó a cabo un plan de austeridad, podemos llevar los servicios públicos a la comunidad”, dijo Fabiana Malamud, secretaria general del Municipio.
El análisis de las cifras, que concluyó en la desaprobación de la cuenta de inversión que realizó el Tribunal de Cuentas a comienzos de este mes, y que ahora cuenta con el voto del cuerpo legislativo de la ciudad, avala formalmente la denuncia del déficit financiero y económico realizada por el intendente Hissa al asumir en diciembre de 2023.
La auditoría municipal reprobó los balances de Tamayo y corroboró que dejó un déficit de $1.441.798.060,74 junto a graves incumplimientos, irregularidades e inconsistencias contables, financieras y económicas.
Los entes municipales ilustran el desmanejo de las cuentas de la ciudad, con presupuestos sobreejecutados y una rendición de gastos casi nula. Esto quiere decir que el presupuesto aprobado en 2022 por el Concejo no se gastó adecuadamente en los objetivos planteados ni de acuerdo con la Ley de Contabilidad.
“Una vez más se confirma que el ex intendente y su equipo fundieron al Municipio perjudicando a todos los vecinos”, declaró el intendente Gastón Hissa.